Mirada de viajero

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Pocos placeres hay tan completos, y tan útiles, como enseñarle a un amigo viajero la ciudad que uno conoce, llevarlo a los sitios que uno atesora y disfruta, ver de nuevo, a través de sus ojos, lo que para uno es familiar. A veces uno hace de guía a distancia, cuando el amigo llega a la ciudad y uno está ausente. Las cosas mejores se multiplican al compartirlas, como los libros o las músicas que uno descubre y quiere de inmediato recomendar a quien sabe que las recibirá bien.

Mi querido Pedro Plaza, venezolano errante de Nueva York y de Costa Rica, quizás más errante de lo que él quisiera, por razones que pueden imaginarse, me dijo que iba a pasar unos días en Madrid, e inmediatamente le recomendé alguno de los sitios que más disfruto cuando estoy allí y más añoro cuando estoy lejos. Alguna librería, un paseo por Lavapiés para recalar en ese templo recóndito del arroz, el Ventorrillo Murciano. Pedro me asegura, y yo me lo creo, que no quedó ni un grano de arroz en la paellera. Y como le he pedido que me cuente sus impresiones de España, porque siempre se aprende del que mira desde fuera, y además él es muy ordenado, me las envía numeradas:

Lo que encontré distinto del comportamiento de la gente en España (en comparación con mi último viaje en el 2006):

1-       Me pareció que todo el mundo se comportó de una manera muy amable y educada (sin excepción en siete días). Esto fue un descubrimiento porque tenía en mi mente cierta rudeza de experiencias previas

2-       Me siento más cercano a los españoles que a la mayoría de las culturas latinoamericanas (no sé si por la familiaridad que tengo con tantos españoles que hay en Venezuela).

3-       Capaces de buscar acomodos sutiles ante una solicitud.

4-       Gente alegre pero con dificultades para exteriorizar los sentimientos.

5-       Mucho temor al ridículo.

6-       Taxistas que parecen muchachos recién egresados del bachillerato.

7-       Cualquier euro vale. No es época de abundancia.

8-       Automercados con 10 cajas pero solo con una caja abierta.

9-       Mayor humildad, tolerancia y capacidad de diálogo en la cotidianidad.

10-   Empleados de compañías con medio turno de trabajo reducido desde hace años

11-   Abogados inmobiliarios e ingenieros constructores desempleados.

12-   Hoteles de buena calidad a precios bien moderados.

13-   La superpotencia del mundo editorial en español. Da vértigo y ansiedad entrar a las librerías: te lo quieres llevar todo.